La papada delata el paso de los años y confirma que hay kilos de más…
Quizá por esto muchos la detestan y solo piensan en cómo deshacerse de ella. A lo mejor usted conoce (o es de esas) mujeres que han dejado de posar de perfil para evitar que el exceso de grasa debajo del mentón salga a relucir.
O es de los hombres que cada vez que pasan su máquina de afeitar por el cuello se preguntan, una y otra vez, hasta dónde llegará y cuántos rollitos más saldrán.
Si alguno de estos es su caso, tranquilo. Antes usted debe saber que, además del sobrepeso y la edad, la papada también surge por factores genéticos. Si en su familia varios tienen ese submentón bastante abultado, entonces el suyo quizás no sea más que la herencia que jamás esperó.
“También hay que saber que la papada es acumulación de grasa en la región submentoniana, o sea, debajo del mentón; algo diferente a la flacidez submentoniana, que solo es piel descolgada en esta misma zona”, Alexandra Mora, experta en técnicas de rejuvenecimiento facial quirúrgicas y no quirúrgicas.
La primera opción quirúrgica para acabar con la papada es la liposucción submental, con la que a través de una cánula “se extraen los depósitos de grasa acumulada en el cuello”, según la explicación de la doctora Alexandra Mora, especialista en cirugía plástica facial y medicina láser.
“La herida es diminuta, debajo del mentón, y la cicatriz que deja es casi invisible. Requiere una incapacidad de tres a cinco días y es posible realizársela a partir de los 15 años, aunque la mayoría de los pacientes oscilan entre los 20 y 60”, explica la doctora Alexandra, directora científica de Cosmedicals.
Al quitar la papada es necesario buscar una alternativa que elimine la flacidez, pues quedará piel sobrante y colgará involuntariamente en el cuello. Para esto, la especialista Alexandra Mora recomienda técnicas como HIFU (High Intensisity Focalized Ultrasound), hilos tensores, láser, y/o radiofrecuencia, que tensionan la piel.